LA TRADICIONAL FANESCA

Elaborar y saborear una rica fanesca a bajo costo se puede conseguir si se realiza en grupos de familias. Es una opción a la hora de comprar los ingredientes de este plato tradicional, que se servirá en la mesa este Viernes Santo. 
No es necesario prepararla juntos. Lo importante es unirse, por ejemplo, cinco familias, para ir de compras al mercado o los centros de abastos.
Se  reafirma que la unión entre familias o vecinos permite economizar dinero. Esta alternativa le ayudará a asegurar la compra del bacalao, ingrediente esencial de esta deliciosa comida, pero que, por su alto costo, muchas veces se elimina del menú.
Sugiere también comprarlo en los supermercados, ya que el producto está sellado, lo cual garantiza su higiene.  De una libra de este pescado se puede obtener suficiente ingrediente para dos familias. De ahí, la sugerencia de que la compra se haga en grupo. Pero si su presupuesto es bajo también se puede optar por otro tipo de pescado salado, como lisa, pargo, corvina y otros, que cuestan menos.
Se ofrece la libra de lisa, que es peruana, a  menos precio que el bacalao en el Mayorista. En ese lugar, este producto, así como los granos, mellocos, cebollas, zambo, zapallo, queso, mote, maduro, choclos... se comercian con intensidad desde la semana pasada.

Se recuerda que lo ideal es comprar al por mayor. Ella tiene la experiencia con las familias que son parte del proyecto. Este año, se hizo una lista de compras para 26 familias, de 10 personas cada una.
Advierte que, probablemente, los precios  subirán esta semana un 10 por ciento, con respecto a la anterior.
LA FANESCA, ¿UN PECADO VENIAL EN SEMANA SANTA?

En su semana mayor, el mundo cristiano reflexiona sobre el sacrificio del hijo de Dios. En Quito y otras ciudades del Ecuador, multitudes muestran su fe en calles y plazas, suenan los aleluyas y repican los campanarios. Pero en la mesa de los quiteños ¡parece carnaval!,  pues es tiempo de la legendaria fanesca. Esta sopa de inconfesable sabor se compone de todos los granos que la generosa tierra de los Andes ofrece a sus hijos.

Aderezada con pescado (recordad: es tiempo de abstinencia de la carne), lleva unas masitas fritas, huevo cocido y se sirve con molo, que es un sabroso puré de papas. La tradición de la fanesca es tan diversa como sus ingredientes. Algunos estudiosos creen que es un platillo inca; otros aseguran que la crearon los primeros cristianos; en otra versión, se la inventó una tal Juana en una hacienda serrana en tiempos de la Colonia (juanesca - fanesca); los menos píos creen que simplemente obedece a que la cosecha de los granos coincide con el tiempo de abstinencia de la semana santa; entonces, para saciar el hambre ¡y vaya que el hambre queda saciada!, apareció este potaje de granos y pescado. Pero hay quienes defienden a brazo partido la religiosidad de la fanesca: sus doce ingredientes simbolizan a los 12 apóstoles y las 12 tribus de Israel; el pescado simboliza a Cristo y a la forma en que su mensaje nutre a la comunidad cristiana; y finalmente, los aderezos son la comunidad de no creyentes, que sustentan la vocación evangelizadora
 de los cristianos. ¡Amén! 
Para quien prueba este capricho de la gastronomía ecuatoriana, el enigma de la fanesca pasa a segundo plano la mayoría de las veces.

Cuidado en la preparación

Para comenzar a cocinar a la altura de un experto, cocine cada grano en una olla lo suficientemente grande. Atienda si debe poner sal o no y cuide de guardar el agua de la cocción cuando se dice “sin escurrir”; el agua en que se cocinan algunos granos sirve para preparar la fanesca. Si el bacalao es blanco y está limpio, remójelo en agua fría solo durante las horas anteriores a su utilización. Al cabo de ese tiempo, arroje el agua del remojo y pique el pescado en trozos chicos.  En un caldero haga un refrito con la cebolla blanca picada, el achiote, el aceite, sal, 1 cucharadita de comino molido y 1 cucharadita de pimienta molida. No dore la cebolla. Agregue el perejil picado, junto con el maní tostado previamente licuado con el 1/2 litro de leche. Deje hervir todo durante 5 minutos. Añada el bacalao preparado según las explicaciones previas y deje hervir durante 15 minutos. Es indispensable que siga la receta al pie de la letra, pues de ello depende el sabor y el aspecto de la fanesca. 

Agregue el resto de los ingredientes, cuidando de poner el líquido de la cocción de aquellos en que así se indica. Mezcle bien. Si le falta líquido debe agregar leche. Deje hervir durante 30 minutos, revolviendo de vez en cuando para que no se pegue al fondo.
Para terminar, y antes de servir, agregue 2 cucharadas de culantro fresco finamente picado. Compruebe que el nivel de sal y de pimienta se ajusta a su gusto y sirva caliente la fanesca.

Nota: Este plato, es el principal en la Cuaresma y en la Semana Santa. Se sirve acompañado con empanaditas pequeñas (de harina), las mismas que pueden freír en una paila y con maduros o maqueños fritos en rodajas, los mismos que puede hacer en una sartén. Además, se acostumbra decorar el plato con huevos cocidos y picados y con perejil picado.

Como segundo plato, se acostumbra servir “molo”, el mismo que puede cocinarse en una olla diferente y para completar el menú puede preparar “arroz con leche”.

Este es uno de los platos más tradicionales del Ecuador y se podría decir uno de los más representativos, ya que es degustado en todas las regiones y cada una  tiene su propia manera de prepararla.
SU HISTORIA

La Fanesca se concibió como un plato tradicionalmente indígena. Antes de la Colonia, los indios en agradecimiento a sus Dioses por  la cosecha realizaban este caldo preparado en base a Zambo  y Zapallo con prácticamente la mayoría de granos cultivados por ellos: Chocho, haba, choclo (maíz tierno), alverja, lenteja, melloco, fríjol.  Dependiendo de la zona o la tradición familiar, algunos preparan con más   o menos granos.


Al llegar los conquistadores españoles y la religión Católica, se cambió la tradición de celebración  por la de dar gracias al Dios   Católico justo en época de "Semana Santa" donde esta religión recuerda cada año, la pasión, muerte y resurrección de Jesús. De esta manera, la elaboración de este plato, se volvió tradicional y casi una obligación de todas las familias ecuatorianas. Al llegar la Fanesca  a la región costanera del Ecuador, se le aumentó un ingrediente, "el Bacalao", un pescado seco y salado que le da un sabor especial..




Cuando el Rincón de Sicilia pasó hace 30 años a propiedad de la "Familia Naranjo - Vásconez", decidieron en la época de Semana Santa preparar este tradicional plato con una receta propia dada por la abuela de la familia.  Ellos jamás imaginaron el éxito que iban a tener con su receta , que desde esa época hasta la fecha, la fama de que en El Rincón de Sicilia se hace una de las mejores Fanescas de Quito, y en boca de muchos "la mejor", ha hecho que en la actualidad el restaurante no solo ofrezca este delicioso plato ecuatoriano en Semana Santa.

El Diccionario de la Lengua Española dice en su acepción 2 que “Por antonomasia”, el potaje es “legumbres guisadas para el mantenimiento en los días de abstinencia”, y en la 3 prosigue de este modo: “legumbres secas. Provisión de potajes para la cuaresma”. A partir de esta autoridad, solo queda afirmar que la fanesca no es otra cosa que un potaje. ¿Por qué lleva este nombre? Nadie lo sabe. Quizá se deba a que en el mar Cantábrico existe un pez llamado faneca, término que sometido al fenómeno de epéntesis muestra la añadidura de la s. Pero dejemos estas interesantes divagaciones y vayamos al potaje andino. 
 Para componer la fanesca se necesitan 12 ingredientes vegetales,
 un pescado seco y algunos lácteos.
 Los vegetales son: alverja, lenteja, maíz tierno, fréjol, haba, chocho, zapallo, sambo, melloco, maní y cebolla.
 Se cocinan previamente los granos tiernos.
 Por razones digestivas no se los pela, excepto los chochos y las habas.
 Al refrito de aceite, ajo, cebolla y sal se añade el bacalao desaguado. Minutos después se incorporan el zapallo y el zambo, cocidos y cernidos o licuados. Se completa este caldo con leche. A la cocción se agregan los granos y el maní licuado con leche. Según la tradición de la casa se añaden queso, crema de leche y algunas yemas. No debe faltar un manojo de hierbas aromáticas. 

 Ya en el plato, la fanesca se adorna con plátano maduro frito, rodajas de huevo duro, queso rallado, tiras de ají y pimiento verde y frituras de harina. El sabor le llega a la fanesca de los productos americanos: fréjol, choclo, melloco, zapallo, zambo y sobre todo del maní.
Se han visto fanescas en grandes ollas de hierro y en anchas pailas de bronce. Porque el éxito de este potaje reside en la repetición. Salvo la existencia de esos gustos maltratados, de esos que desprecian el bacalao, el maní, el fréjol o el melloco, la fanesca se repite, asunto que obliga a duplicar la preparación.

 En otro tiempo, después de la fanesca venía el molo, nombre quichua del puré de papas, y por último se presentaba el dulce de duraznos o de higos adornados con queso; sin embargo, el postre más frecuente era el arroz con leche. En este tiempo el puré es opcional.
Vistas las cosas desde la inquietante situación actual, la fanesca es un diálogo: los granos entregan sus respectivos sabores al conjunto, al coro que ensaya en el interior de la paila. Las diversas voces trabajadas con creatividad culminan en una experiencia gozosa. De por sí la fanesca es suculenta. No sorprenda la paradoja. La abstinencia, recomendada por la antigua cristiandad, se cumple, pero no el ayuno.
 La fanesca en cuaresma es más bien una oración que brota de la tierra.

LA BIODIVERSIDAD DE LA FANESCA 

Hasta los ecologistas tienen algo que decir respecto a la fanesca, un plato cuyos orígenes siguen en discusión. “La biodiversidad está hasta en la sopa”, para expresar cómo la fanesca es un símbolo   de la diversidad cultural del país y de la biológica.
“Ahí están muchos elementos de nuestra agro-biodiversidad ligados a la gastronomía, que luego fue enriquecida con la colonización española”.
Las culturas aborígenes de la Sierra ecuatoriana preparaban una sopa similar para celebrar la época más húmeda del año que marcaba el inicio de la cosecha de los granos tiernos y un tipo de chicha tierna, explica Cristóbal Cobo, investigador del Proyecto Quitsa-To. “Era una festividad de tipo agrícola por el cambio de estaciones, que coincide con el primer domingo después de la primera luna llena que precede al equinoccio de marzo 21”.
El siguiente equinoccio (que significa “noches iguales”) cae el 23 de septiembre y marca el inicio de la cosecha de los granos secos. Sin embargo, casi todos, más no todos los doce ingredientes de la fanesca –que para quienes defienden su carácter religioso simbolizan los doce apóstoles y las doce tribus de Israel–, tienen origen andino.
 El director de Investigaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP), dice que el zapallo,    chocho,  melloco, fréjoles rojos y  blanco tienen origen en los Andes. Sin embargo, la arveja es originaria del Asia Central, el haba es del Mediterráneo, el zambo de América Central, la cebolla de Asia y la lenteja de Iraq. El caso del maíz, cuyo origen genético ha sido ubicado en México, es objeto de mayor discordia.

La otra discusión que enfrenta a los ‘arqueólogos’ de la fanesca tiene que ver con el pescado. Para algunos es un añadido español. Aseguran que es el fruto del intercambio que siempre hubo entre las culturas de la Costa y la Sierra del país. “En las excavaciones arqueológicas se encuentran  conchas y caracoles”. Por ello, para Suárez, el consumo de la fanesca además de ser un placer gastronómico está vinculado con la conservación de la diversidad. 
 “El tema de la erosión genética es evidente como consecuencia de la globalización porque llegan variedades que reemplazan a las nativas”, agrega. La única forma de enfrentar esto, dice él, es “seguir consumiendo la fanesca”.

1 comentarios:

Ecuador dijo...

Excelente artículo, muy completa la información de la deliciosa fanesca. Te sigo ;)

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