El Ecuador es uno de los pocos países del mundo que aunque suene inverosímil tiene en su territorio amazónico pueblos que nunca se han contactado con la civilización, vecinos desconocidos de un universo paralelo que cree conocerlo todo, niños, mujeres y hombres aislados de la sociedad, cazadores, recolectores, que su hábitat natural lo único que nos exige es poder sobrevivir, respetando sus costumbres y la selva que es su casa.
El territorio de más de dos millones de hectáreas de selva amazónica que abarca en el Parque Nacional Yasuní, es donde habitan los tagaeris y los taeromenanis últimos pueblos no contactados que quedan en el Ecuador, allí también viven los huaoranis que ya han tenido contacto con el mundo llamado de la civilización y el dinero.
El interés de las empresas madereras en explotar territorio virgen cada vez más adentrados en la amazonía han sido una de las causas principales para que se produzcan hechos de violencia entre huaoranis y pueblos ocultos, hechos queen su gran mayoría han pasado inadvertidos por el mundo urbano, el brutal asesinato y el infame genocidio de 30 tagaeris – taromenani en el 2003, pueblo no contactado de no más de 300 habitantes por parte de un grupo de huoranis despertó un mínimo interés por parte de la sociedad.
Que objeto tiene entonces declarar zona intangible o de protección a etnias no contactadas como tagaeris o taromenani si ahí mismo encuentran la muerte por causa de los intereses que mueve el dinero del petróleo y la madera.
Precisamente para esclarecer este desconocido y vital tema de nuestra identidad y sobretodo para crear conciencia nace Taromenani.
Fuente: Carlos Andrés Vera.
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