Leyenda de Guayas y Quil




La leyenda de Guayas y Quil, es la que da origen al nombre de Guayaquil, una de las ciudades más importantes del Ecuador. Aunque según historiador esta ciudad debe el nombre a la conjunción de los vocablos
 Gua (grande)
 Ya (casa)
Quil (nuestro)
Teniendo el significado de “nuestra casa grande”.
Cuenta le leyenda que  le época en que los Conquistadores Españoles pisaban tierras ecuatorianas, poco después de haber sido fundada la ciudad de Quito (actual capital de Ecuador), algunos militares no veían  a esta ciudad muy convenientemente ubicada, es por eso que partió dos expediciones, una  hacia el norte siguiendo los pasos de Rumiñahui (general del inca Atahualpa), y la otra a la región costanera donde los nativos siempre le habían hecho imposible establecerse.
Sebastián de Benalcázar quien ya había fundado la ciudad de Quito, fue quien llegó a fundar la ciudad de Santiago en la costa, pero le costó mucho trabajo ya que los Huancavilcas liderados por cacique Guayas, le hacían difícil la labor.


Guayas estaba casada con una bella mujer de nombre Quil, quien también era una estupenda guerrera. Ambos dieron dura lucha a los españoles, y nunca se rindieron, pero fueron tomados prisioneros por las fuerzas españolas que superaban en poderío a los Huancavilcas.



Guayas ofreció por su libertad entregarles grandes tesoros, que él decía tener ocultos. Los españoles ante tan buena oferta aceptaron gustosos. Guayas los guió a un cerro (actualmente llamado Cerrito Verde). Al llegar al lugar indicado por Guayas, este pidió un puñal para levantar la piedra que cubría los supuestos tesoros por él relatados. Pero Guayas lo que hizo fue atravesar el corazón de su amada Quil, quien lo acompañaba y luego haciendo lo propio con su corazón, así tendrían los dos tesoros, Guayas antes de morir dijo:

“Al río lo mancharon con la sangre de mis hermanos, me llevo a Quil para que me acompañe a la tierra del Sol”.

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