Función y características de la señalización
Un aspecto importante
en relación con los espacios es su señalización.
La importancia de la señalización es grande porque en ella se
fundamenta una buena accesibilidad. Además, los usuarios cada vez más requieren
una buena señalización, que relacionan con la mejor acogida humana y material. La señalización ayuda a crear,
propagar y mantener la identidad visual de una biblioteca. Y, además, sólo una
minoría de usuarios de las bibliotecas en acceso libre emplea el catálogo en la búsqueda de documentos, yendo la
mayoría de los lectores directamente a la estantería, sin recurrir al fichero.
La señalización es
una forma amable de acogida al usuario
y a la vez, potencia su libre movimiento por el interior de la biblioteca y su propia
autonomía.
El sistema de señalización, pues, ha de
encaminarse hacia tres objetivos:
Favorecer el acceso a
la biblioteca, facilitar el uso de su estructura y sus servicios y permitir la utilización autónoma de la búsqueda
documental.
Si el bibliotecario
no se siente capaz de diseñarla directamente, puede encargarla a un grafista, o
a una empresa de comunicación.
La señalización requiere la producción de una
serie de signos con las siguientes características:
Que sean estables,
claros y simples, en ubicación conocida, realzada y permanentemente visibles,
en lugares donde la vista no esté ya demasiado solicitada ni haya ángulos
muertos que perturben la visión.
Que permitan un uso
flexible y adaptable a nuevas situaciones que sean de comprensión universal, no
ambiguos, concisos y de lectura rápida por su buen emplazamiento, formato y
tamaño.
Que utilicen los
tipos de letras, colores, tamaños y símbolos más adecuados que estén colocados
en una secuencia lógica fácil de seguir.
Que provoquen una reacción, una respuesta visibles
durante toda la jornada; iluminarla si es preciso, o colorearla, de modo
armónico con el entorno.
Resistentes al
vandalismo no peligrosa, sin esquinas puntiagudas o salientes.
Señalización interna y externa.
Señalización
externa
Facilita la
localización y el acceso al edificio, y publicita la biblioteca, favoreciendo
la creación de su identidad visual e imagen pública. La señalización externa se
utiliza para indicar la dirección en que se encuentra la biblioteca, indicar
dónde está la zona de aparcamientos, orientar sobre las paradas de los
bibliobuses y, ocasionalmente, información sobre algunas actividades o
servicios determinados, como exposiciones, cursos, conferencias y otras tareas.
Las señales externas
de localización (aparcamientos, carteles anunciadores de la biblioteca,
aparcamientos para minusválidos, aparcamientos para bicicletas y carril-bici, parada
de bibliobús, etc.) deben estar en lugares bien visibles y alrededor de la
biblioteca, excepto los carteles
de direccionamiento hacia ella que estarán colocados en puntos estratégicos de
la población y, como mínimo, en un radio de 2 km. del edificio.
Las señales externas
de contenido comprenden las relativas a la denominación de la biblioteca y
pueden colocarse en la fachada del edificio o en carteles fijos pero siempre
preocupándonos de que sea un
emplazamiento principal y difícil de obviar. Estos carteles pueden ir
acompañados con información sobre instrucciones o indicaciones de carácter
general como los horarios de apertura.
Señalización
interna
El usuario debe
tener, nada más entrar en la biblioteca, un espacio amplio y despejado, donde se
sienta acogido y en el pueda disponer, con simbología clara y orientadora, de
una información breve, rápida y completa relativa a los servicios que puede
utilizar, las secciones donde se ubican estos servicios y la forma de llegar a
ellos. Así, es necesaria la existencia de un panel que muestre esta información
mediante un directorio. Conviene que este directorio utilice colores y
dibujos para hacer más clara las búsquedas.
También debe haber
indicadores direccionales por todo el edificio, planos de planta con indicación
del lugar de ubicación del usuario. Y debería haber también una señalización
normativa que ilustrara sobre las modalidades del servicio, uso de los
catálogos, horario, etc. La señalización de la colección es, por último,
capital para posibilitar el acceso directo a los documentos.
Depende del sistema
de ordenación empleado, y en todo caso requiere indicadores de estantería que señalen
y orienten sobre las materias, representaciones simbólicas de los centros de
interés, carteles explicativos
de la CDU si la signatura se basa en ellas, etc.
Elementos
del sistema de señalización
Los elementos
constitutivos de un sistema de señalización son:
- Los carácteres
tipográficos. En primer lugar hay que procurar una buena legibilidad, para la
que habrá que decidir un tipo de letra claro, con letras mayúsculas y minúsculas
combinadas para diferenciar los niveles del mensaje.
El tamaño de los
caracteres determina la distancia a la que puede ser leído, así como la
separación entre caracteres. Puede calcularse un
cm.
- Los Símbolos. Los símbolos
utilizados en el sistema de señalización serán fundamentalmente de los
siguientes tipos:
- Información:
servicios higiénicos, mostrador de información, teléfono público, guardarropa, escaleras
y ascensores, aparcamientos, cafetería, circulación de minusválidos, sala
emergencia, etc.
- Dirección: hacia
las distintas secciones de la biblioteca.
- Prohibición:
prohibido fumar o pasar a determinados servicios internos.
-Los Colores. Los colores tienen un
valor estético y también comunicativo,
porque suelen estar asociados
socialmente a conceptos como el peligro o la prohibición -el rojo-, la libertad de acceso -el verde-,
etc. Se recomienda que el color utilizado garantice la máxima legibilidad del
mensaje, que armonice con el ambiente de la biblioteca y que, si se utilizan
composiciones con varios colores, se tienda a no usar aquellas que pierdan
claridad visual.
Mobiliario y equipamiento
Para estar al día de
mobiliario y equipamiento es necesario conocer a los proveedores, pedirles sus
catálogos, visitar sus web, asistir a ferias especializadas como SIMO o SONIMAG,
así como a los congresos en que los fabricantes tienen realizan exposiciones y presentaciones, como
DOCUMAT, EXPODOC. En España tienen presencia EMSA, Gama, 3M, HEMEX, BCI. Pueden
citarse, entre otros elementos del mobiliario y equipamiento:
-Mostradores de
recepción, que deben permitir que se escriba sobre ellos las notas de pedido, y
se den los libros al bibliotecario. Ayudar a entrar en contacto lector y
bibliotecario. De distintos tamaños según la frecuencia de uso.
- Mesas (altura en
torno a 76 cm., y tamaño mínimo de 90 x 60 cm, para permitir trabajar con un
papel de doble A4, un libro y la hoja de anotación). Las mesas corridas y
grandes permiten más cabida, pero fuerzan a estanterías solo murales y
dificultan el trabajo individual.
- Sillas: altura de
42 a 45 cm., de tipo anatómico: El respaldo debe retirarse de la perpendicular
unos 13 cm. Sillones en la zona de consulta de prensa y revistas.
- Expositores de
revistas: Que permitan exponer el último de frente y guardar detrás los
anteriores.
- Estanterías: Se
aconseja metálicas, no de madera, y que permitan tener los libros al alcance de
la mano. Las hay convencionales, fijas, que pueden ser sencillas o a doble faz,
y son de cómodo manejo y buen aprovechamiento. Y densa, los compactus,
sistemas de estanterías desplazables sobre raíles que permiten la unión de una
estantería con otra, eliminando el espacio entre estantería y estantería.
Permiten un gran ahorro de espacio, y son seguras ante
incendios,
inundaciones, pero los documentos en ellos tienen falta de ventilación,
exigiendo mayor resistencia del edificio.
También hay
estanterías modulares fácilmente ampliables, añadiendo alturas, o
transformables. Las estanterías son elementos creadores de divisiones de espacio.
Con ruedas pueden suplir la ausencia de salas polivalentes. Si son de distintos
colores, pueden valer de orientación al lector. Deben tener sujeta-libros,
banderolas, porta etiquetas para
la señalización. Se debe dejar la idea de que las estanterías sean sólo murales,
que es consecuencia del uso de las salas de lectura como lugares de estudio.
- Carritos para
traslado de libros. y otros sistemas de transporte automático desde los depósitos
a las salas de lecturas.
- Tablones de anuncios
y señalización.
- Mobiliario de
despacho para el personal técnico, muebles de guardarropa y consigna.
- Aparatos
reproductores de imagen y sonido para el uso de los materiales no libraros.
- Mobiliario propio
para los servicios técnicos (restauración, fotografía, encuadernación).
- Sistemas de
detección electrónica de robo, que facilitan el control y evitan la vigilancia.
Además debe haber
archivadores y armarios para materiales no librarios: discos, videocasetes, microformas,
estampas, carteles, mapas, recortes, electrónicos.
Archivadores de
pergamino: armarios especiales de archivo horizontal. Archivadores de carteles,
postales, estampas y folletos: archivadores con carpetillas separadas. Cajas y
estantes metálicos para filmes.
Cajones para
diapositivas. Armarios para grabaciones, a salvo de variaciones magnéticas. Vitrinas
dotadas de seguridad y aislamiento de la temperatura o humedad extremas para fondos
especiales cuyo valor se cumple más en la contemplación que en la consulta.
En cuanto a los
equipos técnicos y de comunicaciones, debemos tener: ordenadores y terminales
para los catálogos y el acceso a las bases de datos y las redes, tanto para
usuarios como bibliotecarios. Equipos reproductores de imagen y sonido.
Fotocopiadora, impresora láser, máquinas destructoras de papel, teléfono y
fax... Todos estos aparatos deben ser homologado y de uso de extendido, de
marcas con buenos servicios técnicos en la zona, con
repuestos y
accesorios para la vida normal del equipo. Hay que buscar el menor coste de mantenimiento,
a calidad similar. Pedir presupuestos alternativos para la adquisición, considerando
tanto los precios, como las calidades, las condiciones de pago, la posibilidad
de prueba, la garantía, los costes de formación, la posibilidad de
mantenimiento in situ, etc.
En todo caso, hay que
evitar el exceso de equipo, que no se aproveche bien, por ejemplo porque sea
más rentable encargar al exterior determinadas tareas que hacerlas en la
biblioteca, porque
no tengamos el
personal técnico necesario o el tiempo preciso.
Hay que prever la
instalación del cableado informático, con unas canalizaciones que permitan su
utilización simple, de fácil mantenimiento, y muy flexible para permitir
ampliaciones posteriores e incorporación de nuevas tecnologías. La instalación
eléctrica seguirá las normas técnicas vigentes y habrá un sistema de
alimentación ininterrumpida que evite los daños a los ordenadores por caídas de
la electricidad.
Para la iluminación,
considerar que el exceso de luz
deteriora los
documentos. La luz artificial fatiga. No todas las zonas deben tener la misma iluminación
(por ejemplo, debe haber zonas rodeadas de oscuridad para ver microformas).
Las luces de mesa
deben quedar fuera de la línea visual, evitar la sombra del propio lector y la refracción
del papel. Desprovista de radiaciones. Evitar la intensidad excesiva. Constante.
Es muy importante
también el material fungible, de oficina: tejuelos, sellos, tampones, papel, sobres
impresos de la biblioteca., tarjetas del personal. Fichas, toners o cintas de
repuesto.
Plásticos adhesivos,
tarjetas de lector, papel impreso de la biblioteca de distintos tamaños, etc.
Evaluación
de edificio e instalaciones
Al menos de modo intuitivo,
debe hacerse una evaluación de los espacios, tanto a partir de una comparación
con las normas cuantitativas sobre superficies y capacidades, como de modo cualitativo,
examinando mediante la observación y la entrevista con usuarios en qué medida se
cumplen los principios aceptados para los edificios bibliotecarios: la
adecuación de la señalización, la accesibilidad general y especialmente la
accesibilidad física de las personas con discapacidades, la comodidad acústica
y climática, la circulación, etc. Y al detectar problemas, intentar
solventarlos en la medida de lo posible.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario