En Japón se venden cada año más de mil millones de mangas.
En estaciones de metro, de tren, en librerías, en pequeñas y en grandes ciudades… en todas partes se pueden encontrar revistas o libros de pequeño formato con las aventuras de los personajes favoritos de los japoneses.
Los fans del manga suelen pasear por las tiendas mandarake del centro comercial de Nakano. Allí pueden encontrar todos los números de sus mangas favoritos, tanto nuevos como de segunda mano.
Los muñecos de los personajes manga son demasiado caro para los jóvenes japoneses. Sólo los salarymen mejor situados pueden permitirse mejor el lujo de hacerse una verdadera colección.
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Conocen perfectamente y que no tardan en dar en cuanto alguien les dice que quiere comprar un manga: Mandarake. Esta cadenas de librerías, fundada hace mas de veinte años por un iluminado llamado Masuzo Furucawa, se ha convertido en una verdadera institución de la cultura manga.
Todo empieza cuando el joven Masuzo decide abrir un pequeño puesto de mangas en un centro comercial del barrio Nakano. En un primer momento vende mangas de segunda mano que rescata los desvanes. En boca a boca surte efecto rápidamente: pronto atrae a los salarymen que desean volver a sumergirse en sus viejos manga de infancia, a los adolescentes con poco dinero que revenden sus títulos, etc. Con el paso de los años el satisfecho jefe de la empresa ya no tiene que seguir rebuscando en los desvanes de todo Japón al volante de un viejo Toyota, pues los desvanes empiezan a ir a él. Poco a poco va comprando los pequeños puestos de centro comercial, primero los del primer piso, luego los del segundo y finalmente los del tercero. En la actualidad hay tiendas Mandarake en todo Japón.
Gracias a su enorme éxito, las librerías Mandarake ya no venden solo mangas de ocasión y las últimas novedades. Se puede encontrar también todo tipo de objetos de cultura manga: figuras de los grandes héroes, videojuegos, juego de cartas, lujosos objetos de merchandising, disfraces y accesorios como pelucas, guantes katanas, etc.
Los japoneses, que cuidan mucho los objetos que compran, van cada fin de semana a revender sus antiguas colecciones para dedicarse a un nuevo héroe o a una nueva serie. Este coleccionismo de artículos manga puede adquirir proporciones desmesuradas, ya que algunos libros o figuritas pueden valer varios miles de euros en la reventa. El record esta desde el año 2002 en la venta de dibujos originales de Osamu Tezuka por mas de treinta millones de yenes (casi 255.000 euros).
La tienda de disfraces ofrece un servicio de arreglos para los que necesiten remendar o restaurar sus prendas tras una fiesta cosplay demasiado agitada.
La pasión de los japoneses por las figuras mangas no tienen limites. Algunas reproducciones para permitir que los coleccionistas de manga puedan crear su propio mundo virtual en el salón de su casa.
Cada tienda mandarake ofrece un género manga diferente. Una de las más populares del país esta especializada en mangas de autores aficionados, ya que muchos jóvenes japoneses sueñan en convertirse en mangakas.
Las dependientas de la tienda Mandarake que aceptan disfrazarse de personaje manga cada mañana se pueden llevar un sobresueldo al mes. Por eso realizan entre ellas para ver quien se consigue el atuendo más acorde a la línea de productos de su tienda.
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