 En este espacio se guardan con mucho sigilo documentos, actas de sesiones, leyes auténticas, proyectos de ley, libros y las constituciones firmadas desde 1830 del puño y letra de los legisladores de esas épocas, como José Joaquín de Olmedo y Antonio Ante.En el Archivo-biblioteca de la Función Legislativa, creado en 1886, reposan, por ejemplo, la Constitución firmada por Eloy Alfaro en 1897, también se encuentran las actas de la Real Audiencia de Quito. César Pólit, responsable de la entidad, contó que en este lugar están 10 millones de documentos, 40 mil títulos de libros y alrededor de 20 mil registros de la prensa nacional y revistas. En este caso se seleccionan los artículos más importantes de la política y de la Función Legislativa. En el área legal guardan desde 1895 los primeros registros auténticos del denominado El Nacional (hoy Registro Oficial). También tienen un archivo sonoro. Están digitalizados textos desde 1830, pero solo desde 1975 están procesados por materia, autor y título. “Hay toda una variedad de descriptores que permiten que los interesados puedan ubicar adecuadamente la información documental”, comenta Pólit. Esta se condensa e ingresa a un software especial denominado Prolec, al que el público puede acceder a través del sitio web www.asambleanacional.gov.ec. Los objetivos del organismo son recopilar, administrar y difundir toda la documentación que genera la Función Legislativa para el uso de los propios diputados o el público. Por eso, incluso hay documentación de las comisiones legislativas y las actas desde 1830 hasta la fecha. Se incluyen los proyectos de ley que solo ingresaron, pero no tuvieron un trámite en la Legislatura. De la última Asamblea Nacional Constituyente, realizada en Montecristi (Manabí) el año pasado, se procesa en un 70% la información que generó cada una de las mesas.   Este Archivo ha sobrevivido a dos incendios en el Congreso Nacional. Uno ocurrido en 1987 y el segundo, el 5 de marzo del 2003. En ese entonces, relató el responsable, había un sistema sofisticado contra incendios. Eso evitó que el fuego ingrese a la Biblioteca.    Sin embargo, las cajas donde se guardaba información no pudieron escapar al hollín que cayó sobre ellas, sin ocasionar un daño mayor. Ahora los documentos más importantes se guardan en cajas especiales de retención, libre de ácido. Para conservar estos libros, desde el año pasado se intervienen sobre todo aquellos considerados históricos, como la Constitución de 1830, para evitar su deterioro. Esta tarea se logró por el apoyo del taller de restauración del Ministerio de Relaciones Exteriores.  Este año se prevé restaurar 800 documentos que requieren intervención, entre ellos el acta original del Himno Nacional. El Archivo espera una respuesta de las actuales autoridades de la Legislatura. Además, se toman otras precauciones para mantener a la Biblioteca, como no colocar vinchas en las carpetas, clips o exponerlos a la luz porque estos pueden oxidar los documentos. Para mantener esta parte de la historia ecuatoriana, solo se facilitan facsímiles de los libros originales y se permiten copias digitales para evitar el deterioro de los originales.    Un museo a finales de año  Aunque todavía no hay fecha de apertura, César Pólit, responsable del Archivo-Biblioteca, ya traza las ideas de lo que será este nuevo organismo. Por ejemplo, dice, se pensará en que durante el recorrido el público pueda conocer los principales aportes de las 20 constituciones aprobadas. Se combinará con gigantografías sobre los derechos ciudadanos, habrá información y exhibición de los símbolos patrios y audios de los personajes de época. A más de esta presentación, se podrá realizar un recorrido por el interior del pleno de la Asamblea cuando no existan sesiones de trabajo, para que se observe el mural de Guayasamín. La intención es abrir este espacio al público a fin de mejorar la imagen corporativa de la Asamblea.   “Queremos que el público conozca que en este lugar se aprueban las leyes que rigen la vida del país. |
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