Marketing Bibliotecario

"El patrimonio cultural está constituido por todos los bienes y valores culturales que son expresión de la nacionalidad" o identidad de un pueblo, "tales como la tradición, las costumbres y los hábitos, así como el conjunto de bienes inmateriales y materiales, muebles e inmuebles, que poseen un especial interés histórico, artístico, estético, plástico, arquitectónico, urbano, arqueológico, ambiental, ecológico, lingüístico, sonoro, musical, audiovisual, fílmico, científico, testimonial, documental, literario, bibliográfico, museológico, antropológico y las manifestaciones, los productos y las representaciones de la CULTURA POPULAR" La riqueza que tiene el Patrimonio Cultural de leer, tocarnos, oír y ver el potencial de cada uno de nosotros, el objetivo principal es motivarlo y proyectar la riqueza de nuestras comunidades. Varios abuelos tomando descanso en el famoso Parque del Seminario reunidos, unos con otros haciendo memoria de su vida pasada, son ellos los personajes principales de esta historia. En un día muy sombrío una pequeña y su abuelo paseaban en el parque, está se sentó junto a el. La niña le pregunta ¿Abuelito has estado enamorado alguna vez? El abuelo contesta: Claro que sí, mi primer y único amor fue su abuelita. El abuelo comienza a relatarle como enamoro en aquellos tiempos a su esposa. El abuelo decía: En aquellos tiempos era muy difícil cortejar a una dama, debido a que esta siempre estaba acompañada de una hermana, madre, hermano, sobrina, tía, el papá, etc. Nunca estaba sola. Yo tuve que averiguar la dirección de su casa y poder hablar con el papá para decirle que quería ser pretendiente de ella. Cuando yo la visitaba en su casa el papá estaba dando vueltas, la mamá de ella nos miraba, y cuando salíamos casi toda la familia nos acompañaba, teníamos que ver un momento preciso para podernos dar un piquito porque no se podía, siempre nos estaban vigilando. No es como ahora que se besan en cualquier sitio a vista y presencia de los demás. Yo contrataba a los lagarteros para llevarle una serenata, estos cobraban de 4 a 5 sucres por tres o cuatro canciones. Los lagarteros era personas que tocaban la guitarra y cantaban, acompañaban al enamorado a dar esas hermosas serenatas, que por cierto en aquel tiempo eran bien careros. Una de las canciones que eran en aquel tiempo muy sonada era de Julio Jaramillo: El aguacate. Tú eres mi amor mi dicha y mi tesoro mi solo encanto y mi ilusión / (bis) Ven a calmar mis males mujer no seas tan inconstante no olvides que sufre y llora por tu pasión / (bis) /Yo te daré mi fe, mi amor todas mis ilusiones tuyas son pero tu no olvidarás al infeliz que te adoró al pobre ser que un día fué tu encanto, tu mayor anhelo y tu ilusión / (bis) Cuando le llevaba la serenata yo le cantaba con el corazón, ella me miraba y yo la miraba a ella, ella suspiraba y yo suspiraba por ella, yo le llevaba flores cada vez que la visitaba, le escribía unas poesía y entre una de ellas decía: Cuando yo era chiquito, lloraba por un ratón: y ahora que estoy grandecito, lloro por un amor. En el fondo de la mar suspiraba un caciquito y en el suspiro decía: " Quiéreme, que soy solito" La experiencia nos enseña que en las cosas del amor la mujer es una gata y el hombre , simple ratón. ¡Cómo me volviera un tigre!... ¡Cómo me volviera un león! ¿Cómo comerle a esa niña la mitad del corazón! Matita de yerbabuena nacida en el mes de enero: ¿ cómo te voy a olvidar, si fuiste mi amor primero? La naranja bien madura le dijo a la verde caña: "¿Qué bonitos ojos tienes que parecen que no engañan!.