Es el conjunto de todas aquellas actividades cuya finalidad es
enriquecer y potenciar la lectura entre los que ya son asiduos usuarios
de la biblioteca. Las estrategias de animación a la lectura, como dice
Araceli García Rodríguez, parten de un documento y finalizan en él.
Se diferencian de la extensión cultural en que en ésta se trabaja
tanto con los usuarios de la biblioteca como con lo que no lo son, es
más, de lo que se trata es de atraer a la biblioteca a personas de la
comunidad que nunca le han visitado y cuyos puntos de interés son
distintos a la lectura.
La animación a la lectura consiste en tratar de sacar el máximo partido
a aquellos recursos de los que se dispone en la biblioteca. Con ello
se pretende retener a los nuevos lectores y ayudar a los habituales a
ampliar sus conocimientos. La animación a la lectura ha ocupado siempre
un papel central en las secciones infantiles de las bibliotecas
públicas donde se trata de acercar los libros a los niños de una forma
lúdica, creativa y placentera por medio de estas actividades. Algunas
de ellas se realizan de forma permanente en la biblioteca y otras en
ocasiones especiales. Entre ellas podemos destacar:
* La edición de boletines de novedades gracias a los cuales los
usuarios de la biblioteca tendrán información actualizada de los fondos
bibliográficos de nuevo ingreso.
* Exposición de los libros y materiales de reciente adquisición
por parte de la biblioteca. Estarán en algún lugar determinado de la
misma que todos los usuarios conozcan y por el que todos pasen.
* Elaboración de bibliografías selectivas por temas que la biblioteca considere que pueden ser de interés para algunos de sus usuarios.
* La hora del cuento es, tal vez, la actividad de animación más
antigua dentro de las desarrolladas en las bibliotecas infantiles y en
las secciones infantiles de las bibliotecas públicas y en las secciones
infantiles de las bibliotecas públicas.
A pesar de que
nuestra sociedad es más bien una sociedad de la imagen, tal vez por
esta razón haya que intentar mantener vivo el interés por la palabra,
por la narración, y la hora del cuento puede ser una de las mejores
fórmulas para conseguirlo. El objetivo de que el niño sienta la
necesidad de leer ésta u otras parecidas por sí mismo, es decir, que el
niño se dé cuenta de que no solo la TV es la que cuenta historias, si
no que también los libros encierran todo un mundo que puede resultar
igualmente fascinante. El cuento lo puede contar el bibliotecario, algún
autor conocido, algún padre, etc. y puede utilizar todos los medios
que estime oportunos para atraer la atención y el interés de los niños.
A algunos les bastará solo con su voz, otros pueden ayudarse con
presentaciones más sofisticadas, con proyecciones, sonido, escenografía,
etc.
* Clubes de lectura, son un grupo de personas que se reúnen en
torno a un libro. Esta actividad se puede realizar de muchas formas.
Serán los propios miembros del club los que decidan aquella que más les
satisfaga. Por ejemplo, si es un club de lectura se poesía se puede
decidir leer cada semana o cada mes a un autor y comentar entre todos
los poemas; se puede, incluso, invitar a los participantesa crear sus
propios poemas inspirados en ese autor, o se puede debatir algún tema
concreto que trate ese autor en sus poemas.
* Charlas, conferencias y videoconferencias. Pueden ser visitas
de autores que nos presenten alguno de sus últimos libros o
conferencias sobre algún tema de actualidad o que interese a los
usuarios especialmente impartidas por algún experto en el tema o
personaje conocido que pueda atraer al público o la biblioteca. Se puede
elaborar una bibliografía con los libros y demás materiales de los que
dispone la biblioteca sobre el tema tratado para repartirla entre los
asistentes.
* Proyecciones, se puede, o bien proyectar películas basadas en
algún libro del que disponga la biblioteca o películas que traten algún
tema de actualidad o interés. La proyección se puede completar con un
coloquio y con un listado de libros y otros materiales de los que
disponga la biblioteca y que estén relacionados con el tema que aborda
la proyección.
Estos son alguno de los ejemplos de las distintas actividades de
animación a la lectura que puede realizar la biblioteca. Dependiendo del
personal, de los medios y del presupuesto con el que cuente, éstas
podrán resultar más o menos eficaces. Si bien es verdad que, con un poco
de imaginación y entusiasmo, muchos bibliotecarios han sabido suplir
la falta de medios y presupuestos tan común en nuestras bibliotecas.
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