Hasta hace pocos años, la conservación bibliotecaria había sido identificada, de forma general, con las labores de encuadernación y restauración de los tesoros documentales. Considerada como un asunto esotérico propio de bibliófilos, archiveros y bibliotecarios de fondo antiguo, sólo recientemente ha entrado en su mayoría de edad. Las trágicas consecuencias de los desastres en las bibliotecas de Florencia, Leningrado o Sarajevo, el rápido deterioro de los materiales modernos y una mayor sensibilidad hacia la cultura, han demostrado la importancia de la conservación que, por otra parte, ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos gracias a la actualización constante de sus métodos.
Políticas de conservación en bibliotecas es un manual eminentemente práctico que va dirigido a todos los que, por uno u otro motivo, están implicados en el mantenimiento de colecciones bibliográficas y documentales. Partiendo de la idea de que toda biblioteca precisa de una conservación mínima, se desarrollan a lo largo del texto una serie de elementos que permitirán esbozar las directrices necesarias para la elaboración de programas de conservación a la medida de cada centro.
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