El bibliotecólogo motivado, que demuestre lo que sabe, que sea dinámico y proactivo, defensor de su profesión ante la sociedad, estará necesariamente comprometido con su labor, dándole a ésta un carácter de trascendencia, definiéndola como importante y valiosa.
Esta motivación produce un mejor desempeño, vinculándose directamente con la idea de propiciar y desarrollar un ambiente de trabajo con calidad. El profesional de la información de esta manera, estará estimulado por los desafíos que le plantea su trabajo y responderá a ellos poniendo en juego sus mejores aptitudes.
La motivación lo impulsará a invertir considerable tiempo y dedicación en su labor, planificando, creando instrumentos e investigando sobre temas que le puedan ser útiles. La obra analiza entonces los conceptos de motivación, satisfacción y creatividad desde distintas teorías y propone una aplicación de los mismos en la tarea cotidiana del bibliotecólogo.
Para este fin, cabe destacar la propuesta sintetizada en el "Decálogo para redescubrir la profesión" que valora el perfil profesional en esta nueva época y fundamenta el concepto del bibliotecólogo como agente de desarrollo cultural en la comunidad.
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