REDES SOCIALES Y AUTOESTIMA






Facebook, Twitter y otros sitios similares han evolucionado enormemente en solo siete años, pero que sean buenas para la salud es otro asunto.

Aunque el internet siempre ha sido un  foro libre para que las personas con ideas similares compartan pensamientos, las redes sociales han contribuido a darle cierto orden al caos en línea y han permitido que las personas se comuniquen de manera más consciente y vigorosa que antes. Algunos de los sitios que permiten esto son MySpace, Linkedln, Bebo y Qzone, otros como Club Penguin de Disney, incluso están enfocados a públicos infantiles.
Sin olvidar a Facebook que desde 2004, ha crecido a más de 250 millones de usuarios en 170 países y territorios, incluyendo la Antártica. Incluso los sectores de usuarios que más han crecido en los últimos meses son los de 40 años y más. 

LA NUEVA PERSPECTIVA DE LAS REDES SOCIALES
Las ideas que se tenían con respecto a la soledad, el narcisismo y la adicción han cambiado también lo han hecho las redes sociales y su formas de expresar estas características. Las viejas teorías de la socialización virtual esta cayendo, dejando en su lugar nuevas preguntas acerca de la relevancia psicosocial de las redes sociales.


La lógica dicta que una gran cantidad de contactos sería lo ideal para curar la soledad, pues con más contactos existen más posibilidades de tener relaciones satisfactorias. Todo lo contrario desde el 2006 diversos estudios han demostrado que el número de contactos y la cantidad de horas usadas en conversaciones en línea no tiene relación alguna con el grado de soledad de una persona.

 Sin embargo los resultados son otros si se invierten las variables: si se estudia la soledad como causa del número de contactos en la propia red social. Un estudio en la Universidad de Chicago demostró en el 2009 que las personas solitarias tienen menor respuesta hacia premios y recompensas que las personas no solitarias. Del mismo modo las personas solitarias responden más a las imágenes desagradables de personas que a las de objetos, lo que sugiere que la atención de los solitarios es atraída por el sufrimiento humano. Estas variaciones en la actividad cerebral ofrecen una pista sobre la predisposición de la soledad como un factor para abrir una red social.

LA SOLEDAD, EL ESTRÉS Y LOS CONTACTOS

Cuando se esta solo, el cerebro se encuentra en un estado elevado de alerta contra las amenazas sociales, aún y cuando no se busquen.
Todos los insultos, desprecios, alejamientos y chismes producen mayores niveles de estrés en las personas solitarias, medible por la producción de cortisol: la hormona del estrés.
Aunado a todo esto, los efectos se amplifican en línea porque las amenazas sociales son más difíciles de anticipar. El largo silencio entre las contestaciones puede generar temores de que otros le están bloqueando de una conversación y chismeando a sus espaldas. 


Otra fuente de inseguridad es la moneda misma de las redes sociales: el número de contactos que tiene una persona. Tener pocos contactos cuando otra persona llenaría un estadio con los suyos, puede dejar a los solitarios la sensación de que sus deseos están quedando lejos de su alcance.
Las redes sociales están a punto de invadir más aéreas de la vida social. No sería raro que, dentro de pocos años, desaparezca la diferencia de estar en línea y estar desconectado. Dentro de poco tiempo, las redes sociales formarán parte de cada herramienta de comunicación que utilizamos, cambiando a las personas y la forma en que interactúan.

LAS REDES SOCIALES AUMENTAN LA AUTOESTIMA


Por lo menos en teoría las redes sociales deberían ser una bendición para quienes necesitan impulsar su autoestima. Son lugares virtuales hechos para que los jóvenes prueben sus habilidades sociales sin la necesidad de vivir el fracaso en carne propia.


El uso de Facebook se correlaciona con el aumento de capital social, sobre todo, para esas personas con una autoestima baja. Este capital social se traduce en beneficios sociales tangibles debidos de la participación en una red social. Este capital social impulsa la autoestima, confiriéndole mejores habilidades sociales, una mejorada sensación de contento con uno mismo en la autoconfianza.



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